Mario Florián, el juglar andino
FIP Palabra en el Mundo rendirá homenaje al poeta cajamarquino
“El único representante de la poesía pastoril, serrana y mestiza”
Mario Florian Díaz, el juglar andino, el del hablar cadencioso, el cantor prístino del ande bravío, será recordado el 31 de mayo próximo en el Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo XIII Edición en la ciudad de Cajamarca, cuya organización está a cargo del Grupo Cultural Experimental TetraLogos y el Gobierno Regional de Cajamarca.
El poeta nació un 6 de octubre de 1917 en Nanshá, distrito de Contumazá, Cajamarca. Sus estudios primarios los realizó en Contumazá y la secundaria en el Colegio Nacional de San Ramón de Cajamarca. Ingresa a la Universidad Nacional de Trujillo para seguir estudios superiores en Derecho, luego se traslada a Lima para continuar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en la escuela de Historia, especialidad en la que se doctora con su tesis "La Estaturia Mochica".
En esa etapa universitaria, Florián se vincula con el grupo político "Frente Democrático Nacional" del Partido Aprista Peruano que luego se bifurca en dos alas, el poeta opta por ubicarse en el ala izquierda. Así participa en varias manifestaciones contra el régimen de Manuel Prado, actividades que lo llevarán a escribir vastos poemarios de corte social.
En su largo camino de vida, saboreó y sorteó obstáculos mezquinos de hombres que no comprendieron su visión progresista; en 1945 ocupó la alcaldía de Contumazá, siendo recordado por incluir reformas radicales en las estructuras político sociales. Los nombres de las calles Octavio Alva, José Pardo y el puente Abel Alva fueron reemplazados por los de César Vallejo, Manuel Arévalo y Tantarica. Esta actitud del joven burgomaestre exaspera al conservadorismo lugareño, por lo que estas reformas le traerán serios y amenazantes oponentes, quienes logran destituirlo del cargo municipal y apartarlo de la docencia del Colegio Nacional de Contumazá.
Entre 1950 y 1952, es nombrado Inspector de Monumentos Arqueológicos en el Ministerio de Educación Pública. Como tal, destacado discípulo de Julio C. Tello, emprende excavaciones en las zonas arqueológicas del Norte, con positivos resultados. Lamentablemente, otra vez, por celos egoístas se le acusa de ser "el Pancho Villa" peruano, fue despedido durante el gobierno de Manuel Odría bajo el pretexto de "recorte de personal".
El poeta no dejará que esto lo doblegue, se concentrará en escribir, produciendo extraordinarios versos y manteniendo su vínculo con el magisterio nacional, apoyando sus reclamos y la lucha sindical, convirtiéndose así en un símbolo de los maestros. No era raro verlo en primera fila en las manifestaciones del Sutep. Más adelante se desempeñará como docente y bibliotecario en la Gran Unidad Escolar Bartolomé Herrera del distrito de San Miguel de Lima. En 1962 se reincorpora al Ministerio de Educación y desempeña funciones de alto nivel al lado de José María Arguedas y Francisco Izquierdo Ríos. En 1967, renuncia a la Casa de la Cultura por no aceptar imposiciones del nuevo director Fernando Silva Santisteban. Finalmente, ejercerá la cátedra de Literatura en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.
Sus obras son calificadas como tiernas, telúricas y reivindicativas de la vigencia de la cultura andina. Su poesía está cargada de "valores colectivos por encima de los individuales: la solidaridad, la reciprocidad, la camaradería, la amistad, el amor", como diría el poeta Marco Martos. La naturaleza, los animales y los vegetales son los temas recurrentes en su creación.
La poesía de Florián se configura de una natural sensibilidad, versos sencillos construidos en métricas cortas y metáforas directas, con los que alcanzó los siguientes reconocimientos: Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1944), por su poemario Urpi (Paloma en quechua); Premio Nacional de Novela (1957), por su obra Los mitimaes; Premio Nacional de los Juegos Florales Magisteriales (1960); Premio Nacional de Cultura (1975-76) en el área de Literatura.
Su vasta obra comprende los siguientes títulos: Alma (1938); Brevedad de lágrima (1939); Florecimiento animado (1940); Voz para tu nieve (1940); Tono de fauna (1941 y 1961); Agonía (1942); Noval (1943 y 1993); Urpi (1945, 1949 y 1985). Premio Nacional de Poesía 1944. Tierras de sol (1945); El juglar andinista (1951); Poemas infantiles (1955); Poesía infantil (1956); Niño del Nuevo Mundo (1956); Canto augural (1956); Abel fabulador (1957); Escritura para ausentes (1960); Machu Picchu en voces triunfales (1961); Canto al maestro peruano (1962); Pedro Palana: la multitud eterna del Perú (1965); La masa (1965); Naturaleza viva (1965); Inqa runa (1966); Ullantaytampu haylli (1967) y Cantar de Ollantaytambo (1966); Discurso de las flores (1968); Ayar Kachi ha vuelto con su waraka de nervios (1972); Anuario (1976); Poeta del pueblo (1979); Los parias (1979); Habla de Pedro Palana, campesino sin tierra del Perú (1980); Himno patriótico a Thúpaq Amaru, nuestro paladín (1983); La sangre del pueblo magisterial (1984).
En narrativa escribió: Los mitimaes (1970), novela. Premio Nacional de Novela 1957; El tío Lino y sus relatos modílicos orales (1987) y La narrativa oral popular de Cajamarca (1988). Escribió mucha poesía que era catalogada como infantil, aunque él diría que nunca escribió pensando que era poesía para niños.
También escribió ensayos como Literatura Qheswa (1972); Contumazá (3 fascículos, 1976-1977), que presenta la sociedad y la literatura de su provincia y el cancionero contumacino; La épica inkaika (1980); Panorama de la poesía quechua incaica (1990) y La literatura en lengua hablada de Cajamarca (1994), entre otras publicaciones como compendios, dramaturgia y selecciones.
Washington Delgado dejó constancia que Florián es "El poeta más destacado de esta época en que se desarrolla el nativismo poético es, sin duda, Mario Florián [...]; en su poesía fluye límpidamente la ternura campesina, remansada en la descripción de la naturaleza: la tierra, el agua, el cielo, los animales y las plantas; aguda en el canto y la queja de amor, encrespada y áspera en la protesta social, la poesía de Mario Florián asombra por su concisión, por su manera diáfana y simple de transmitir sensaciones y emociones profundas, cargadas de una densa, de una viva humanidad y fascina también por su fresca musicalidad."
El escritor falleció a los 82 años en Lima, el 1 de octubre de 1999. Qué duda cabe que rendir honores al poeta es de justicia en el FIP Palabra en el Mundo XIII Edición.
Poema de Mario Florián
PASTORALA
Pastorala. Más hermosa que la luz de la nieve, más que la luz del agua enamorada, más que la luz bailando en los arcos iris.
Pastorala. Pastorala.
¿Qué labio de cuculí es más dulce, qué lágrima de quena más mielada, que tu canto que cae como lluvia pequeña, pequeñita, entre las flores?
Pastorala. Pastorala.
¿Qué acento de trilla-taqui tan sentido, qué gozo de wifala tan directo, que muden en ceniza las entrañas como quema a mi pecho tu recuerdo?
Pastorala. Pastorala.
Al gavilán le dije que te quiera Y zorro y puma que amen tus ovejas Y puma y gavilán y zorro (desde entonces) son palomas que te cercan Por mirar los jardines de tu manta, por sostener el hilo de tu ovillo, por oler las manzanas de tu cara, por derretir tu olvido: ¡mis suspiros!
Pastorala. Pastorala.
Por amansar tus ojos, tu sonrisa, perdido entre la luz de tu manada, está mi corazón, en forma de allco, ciudándote, lamiéndote, llorándote...
Pastorala. Pastorala.
Urpi (1945)