Desde las entrañas de la belleza y las luces de Quinuabamba, Áncash, la artista plástica Sonia Estrada Melgarejo nos entrega sin el ruido mediático de otros artistas, su exposición Color en los Andes en la Sala Víctor Humareda del Centro Cultural de San Marcos. En sus obras podemos ver la urdimbre del cromatismo encendido de los andes, la fuerza de los hombres y mujeres en sus actividades cotidianas, la complejidad expresiva de la naturaleza humana en cada rostro de sus lienzos; la angustia, la alegría, el reclamo de sus habitantes son parte del registro pictórico que la artista con plena conciencia social nos enfrenta a un país en constante ebullición.
La siembra y la cosecha, las asambleas comunales y la festividad de la Pallas de Corongo, alternado con floristas, pastoras y arrieros logra sumergirnos al realismo iluminado de colores brillantes como los azules, verdes, naranjas y rojos intensos.
Se aprecia en los lienzos de Sonia Estrada su particularidad colorista, le rehuye a lo sombrío. La gama de colores de sus amaneceres y atardeceres con violetas-púrpuras logran un magistral acierto.
El testimonio de la artista en esta exposición nos confronta a la huella de nuestros antepasados, al encuentro que necesitamos ver y sentir con el binomio hombre-tierra, igual naturaleza. Nos conmina a mirarnos desde el otro, a reflexionar con ese Perú que no se desdibuja ni se destiñe por el contrario se viste de esperanza con matices y lenguaje propios desde una mirada solidaria.
- ¿Cómo nace tu inquietud por pintar o es que alguien influyó?
Pinto desde que tengo uso de razón. Puedo decir que mi inquietud nació cuando descubrí los hermosos colores, formas y fantasías que hay en la naturaleza de Áncash. La vida interesante de los campesinos, la intensidad de su mirada, la hermosura de sus manos trabajadoras fue mi inspiración.
Y es que, quería expresar a través del color mi disconformidad, la belleza del hombre y de la naturaleza desdibujada con colores arbitrarios. Nadie influyó, fueron mis sueños.
- Tú eres una colorista en toda la extensión de la palabra ¿qué te lleva a expresarte de esa manera?
Cuando miro el paisaje estoy imaginando inconscientemente con qué color pintaría cada pedacito de cielo y siempre pienso en los violetas, los anaranjados, los rosados. Empiezo a mezclar los distintos tonos de violetas, luego los verdes no necesariamente son para las hojas de las plantas, pueden estar en los muros o cualquier parte del paisaje. Los rojos son mis cómplices siempre me doy cuenta cuando ya están en mi cuadro, sin los amarillos no puedo pintar, son como el sol, con ellos está la alegría. Del mismo modo, navego en los azules ultramar, el ceruleo, cobalto son tonos que imprimen personalidad. Ah, y el azul de prusia es mi engreído, porque dibujo con él; cuando las lineas están frescas aplico todos los colores rozando las líneas y salen unos matices increíbles, debo confesar que todo empieza con un sueño.
- Cuéntame, en qué consiste tu técnica a la hora de pintar
- Empiezo con los primeros rayos de luz, hasta que desaparece, no siempre cuadros al óleo, también dibujo y hago estudios con acrílico. No tengo un horario basado en números sino en la luz natural. Mi tendencia es pintar con pinceles anchos llenos de color y pasta, así como dibujar constantemente. Pinto con la técnica del óleo, hago aguadas con nogalina, dibujo con tinta, carboncillo o bolígrafo.
- ¿A qué pintoras peruanas o extranjeras admiras por su estilo?
- Admiro a Teresa Carvallo por sus obras cotidianas e inquietantes; a Julia Codesido por su originalidad y sensibilidad y a la desafiante artista mexicana María Izquierdo, quien tuvo que enfrentar el conservadurismo y hegemonismo machista de los muralistas de su tiempo.
- ¿Crees que nuestras pintoras están en un buen nivel?
Yo espero que la plástica peruana continúe con la calidad de Julia Codecido y Teresa Carvallo.
- Vivimos en una ciudad gris ¿te inspira pintar Lima?
- Sí me siento inspirada de pintar el paisaje urbano de Lima. Mi caminar por Barrios Altos, la Escuela de Bellas Artes y La Parada con Víctor Humareda hizo que me encariñe con la belleza gris de la capital, le pongo mucho color propio de mi estilo al paisaje limeño.
- Observo que recurres siempre a pintar nuestras raíces andinas vernacular, ¿corresponde a una zona específica del Perú?
- Corresponde al universo andino. La vida, el paisaje y los personajes de los andes están llenos de belleza, por eso elegí ese escenario para expresar mis sentimientos. Desde siempre me identifiqué con el mundo andino porque encuentro mucha estética en los personajes que son los campesinos, la belleza de sus manos, la ternura de sus miradas, el colorido de sus vestuarios, la magia de su vida cotidiana son rituales llenos de hermosura. Cuando pinto se produce un reencuentro con estas imágenes que plasmo en mis lienzos con un estilo propio que me sale del alma.
- Fuiste discípula de Víctor Humareda y de Francisco Izquierdo ¿qué aprendiste de los maestros?
Aprendí infinidad de lecciones de mis dos queridos maestros y amigos a la vez. De Humareda, aprendí a caminar dibujando, a coger el pincel de la punta, estirar el brazo y pintar temblando. Me enseñó a ver la composición estética de La Parada, analizando al ropavejero con su triciclo lleno de coloridas ropasviejas. Me dijo: observa el color anaranjado... triunfa porque está rodeado de grises, eso tienes que aplicar en tu cuadro.
De Izquierdo, aprendí también a no soltar el tablero, la composición de masas, de la variedad que tenía que haber en el campo plástico; me decía, no dibujes a todos los personajes en la misma postura, dibuja en distintos niveles, las miradas cumplían una función en el espacio y el conjunto de elementos que no sea un cuadrado para evitar la simetría.
- Tú eres una pintora de a pie, siempre estás buscando rostros ya sea de un transeúnte, un campesino, obrero, entre otros; como pintora del realismo, ¿los personajes marginales te inspiran más?
- Sí, soy una pintora de a pie, porque siempre ando con una libreta, dibujando rostros con expresiones distintas, también capto con mi pluma paisajes andinos y urbanos. Busco rostros de obreros y campesinos porque me identifico con su posición social. Me siento atraída por la subliminidad de sus rostros rebosantes de expresiones interesantes. Los personajes marginales como los locos, los ninguneados, tienen una estética espectacular lleno de plasticidad, son como obras de arte que hablan y andan, los rescato en mi pintura y me solidarizo con ellos.
- ¿Crees que ya encontraste tu propio lenguaje o sigues en búsqueda de ello?
Siento que encontré mi lenguaje en el expresionismo, ese es mi camino sin duda.
Hoja de Vida Graduada en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú en 1987. Colores y escenas de la natal región andina se expresan en obras suyas que forman parte de numerosas colecciones privadas en Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile.
Nota: La muestra estará abierta al público hasta el sábado 16 de diciembre en el Centro Cultural de San Marcos.